Infierno: Audition

Takashi Miike es un director con miles de seguidores por todo el mundo. Yo puedo comprenderlo: sus propuestas siempre originales y extremas no pueden dejar indeferente a nadie. Yo, por ejemplo, rara vez encuentro una película dentro de su obra que realmente me guste, y sin embargo me siento atraido a buscar una y otra vez dentro de su filmografía, ya que nadie propone imágenes tan sorprendentes como el director nipón. Sin embargo, todos tenemos un límite, y debo decir que Audition superó el mío. El asco que me produjo esta película es indescriptible (tuve náuseas) y su montaje indescifrable sólo logró sacarme de la película perdiéndome completamente. Debo reconocer que hay algunos momentos que me parecieron estupendos, pero su continuo mal rollo pudo con todo lo demás. No pediré que no la vea nadie, sino que sólo la vean aquellas personas que se consideren un paso de enfermedad mental por delante de mí.