Esta película prometía mucho, tratándose del primer trabajo de Terry Gilliam en llegar a nuestras pantallas en mucho tiempo. Pero fracasó. En defensa del ex-Monty Python se puede decir que en el mismo año estrenó también la muy interesante Tideland (una de cal y una de arena). El secreto de los hermanos Grimm es una película que más allá de cuestiones como vestuario y decoración (aparte de posibles mitomanías hacia su elenco) carece de total interés. En ningún momento llega a ofrecer nada que haga que sintamos tensión por lo que sucede en la pantalla y eso es de lo peor que le puede suceder a una película. Los actores entre los que se cuentan Matt Damon, Heath Ledger, Peter Stormare o Monica Bellucci, tan sólo se limitan a no molestar, pero en ningún momento llegan a ofrecer algo que pueda atraernos mínimamente. Mucho envoltorio... pero no lleva nada dentro. Que se tueste un poquito en el infierno...
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