No es habitual que una trilogía tarde 30 años en ser terminada, pero este es el caso de esta serie de terror dirigida por Dario Argento. La lejanía en el tiempo de la última entrega hace que comparta pocos elementos con sus dos predecesoras. Las tres madres cuenta la historia de tres brujas que desde sus sedes en Freiburgo, Nueva York y Roma controlan el mal en el mundo. Las decoraciones increíbles y los juegos de luces (rojas) saturan la atmósfera de un aura mágica. Las tres películas están situadas en ambientes femeninos y Argento se saca de la manga mil excusas para ver cómo se les moja o se les rompe la camiseta... Y bueno, Argento es giallo y el giallo es sangre, así que en este sentido las tres van bien equipadas con sus buenos momentos gore. Vamos a verlas por separado:
Suspiria. Cuando se rodó esta peli aún no estaba concebida como una trilogía, así que no encontraremos referencias a las tres madres. Esta es la que se sitúa en Freiburgo desde donde Mater Suspiriorum hace avanzar su influencia maligna. La acción se sitúa en una escuela de ballet y la prota es la nueva estudiante. La actriz que hace de mala ni siquiera figura en los créditos, y se supone que era una ex-prostituta de 90 años que Argento encontró por las calles de Roma. ¡Ah! Y sale Miguel Bosé...
Inferno. Ya antes de los créditos se nos avisa de que esto va a ser una trilogía. Esta vez la acción se centra en Mater Tenebrarum, la de Nueva York. La película tiene un estilo similar a la anterior. Con una decoración de interiores que da al edificio una personalidad propia. A mi entender es la mejor de las tres (aunque el final...).
La terza madre. Aún inédita en España, está muy lejos estilísticamente de las dos anteriores. Su ambientación es mucho más realista y sobria, aunque no lo son los personajes (sobre todo los malos). El peor error de la película está en el uso de efectos digitales, que ensombrecen la trilogía. La protagoniza la hija del director, Asia Argento, lo que siempre está bien. También aparece en pantalla Udo Kier, como cura exorcista. No es el mejor final imaginable para la trilogía, pero un final al fin y al cabo. En ésta Mater Lacrimarum hace ostentación de su poder desde Roma y la ciudad se convierte en un caos bajo su control.
Ha sido una sorpresa que tanto tiempo después Dario Argento se haya decidido a terminar de una vez su trilogía (la mayoría de la gente no pensaba que fuese a hacerlo). Es una buena opción para una maratón de cine de terror.
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