Cine erótico + Drama + Musical = Acierto. Esta es la ecuación que rige en El sabor de la sandía. Este atrevimiento del director Tsai Ming-liang es una película original donde las haya, en el que se mezclan numéros de danza de lo más bizarro con escenas de cine erótico de lo más visual. La cámara se mueve logrando planos imposibles que dotan a la película de una bonita impronta visual. Se trata de esas películas que se mueven por el filo y que hace una apuesta tan arriesgada que sus posibilidades de éxito no eran muy grandes. Sin embargo (quizá por azar) la cinta termina siendo muy estimulante y nos recuerda que en cine aún no está todo dicho y que queda mucho por descubrir. Amantes de lo nuevo, por favor, id a verla.
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