Al decidir esta película Robert Redford se equivocó de medio. Lo que cualquier persona cuerda hubiese dejado como una humilde publicación en la sección de Cartas al Director de algún periódico (local, y de poca tirada) este señor decidió convertirlo en largometraje, y no contento, se encargó de que este diese la vuelta al globo. Además del propio director se dejan ve en la cinta Tom Cruise y Meryl Streep... y que nadie concluya que entonces estará bien, porque a mí también me suelen gustar estos actores pero ni siquiera resucitando a Brando se podría salvar una película mala desde su concepción (es decir, su guión). Leones por corderos es una continua manipulación de Redford sobre el espectador para inculcarle sus reflexiones sobre la guerra de Irak, y sin embargo resulta vacía, ya que no nos dice nada nuevo. Pero es tan poco sutil que echa para atrás. Esperamos que estos días Redford se recluya en Sundance y saque alguna idea interesante copiando a directores mucho más frescos que él. Aunque después de esta gran caída tendrá difícil volver a levantarse. Aún con el peligro de que Redford se dedique a adoctrinar a nuestros demonios... ¡al infierno!
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