Suele ocurrir que encontramos cosas que nos gustan y no sabemos la razón. Los directores Hélène Cattet y Bruno Forzani reflexionan sobre lo que tiene el giallo que lo hace tan especial y tan atractivo y crean este experimento que indaga en los temas y formas del subgénero italiano de terror por antonomasia. Filtros y luces de colores, planos imposibles, enfoques cortísimos y un uso desmedido del sonido hacen de esta moderna cinta un homenaje a toda una serie de películas que merecían mejor suerte que la pobre herencia que podemos ver de vez en cuando. Se trata de una de las cintas más eróticas y morbosas del cine reciente, y eso que la cámara apenas muestra... Pero es una película psicológica y como tal deja mucho trabajo a la mente del espectador. Sin duda es una película que merece más de un visionado y que todos los amantes del cine, bien sea como arte plástico o como lenguaje, deberían ver. Para mí ha sido todo un hallazgo.
