lunes, 20 de octubre de 2008

Recomendamos: The good, the bad, the weird

Hay películas que hacen disfrutar de verdad. Se pasa realmente bien viéndolas. Uno se divierte desde que empiezan hasta que terminan. Y una de éstas es la que nos ocupa: The good, the bad, the weird. Se trata de un western que homenajea al clásico de Leone ya desde el título. Dirigida por Ji-woon Kim (quien acaba de ganar el premio al mejor director en el Festival de Sitges por esta película), la cinta no pierde ritmo en ningún momento y mantiene contantemente el interés del espectador. De entre los 3 actores principales destaca el trabajo de Kang-ho Song, conocido por Memories of murder y The host, quien llena de comicidad la película. Con un vestuario y unos decorados de gran potencia visual, la trama se mueve de manera casi delirante hasta un clímax genial que nos dejará con ganas de ver mucho más. Si os queréis divertir ésta es vuestra película.

Infierno: La possibilité d'une île

Tiene Michel Houllebecq fama de ser un escritor de culto, no apto para todos los gustos. Su salto a la dirección no parece destinado a dividir tanto a las masas, ya que serán una gran mayoría las personas que abominen de su primera criatura cinematográfica. La película, pedante y pretenciosa, está aquejada de una infinita carencia de interés que sólo puede conseguir que todo espectador devenga en somnoliento y se deje llevar por la llamada de Morfeo. Quizá las principales virtudes del film estén en los momentos que me perdí en alguna de las cabezadas que me propició. En todo caso no creo que valga la pena volver a pasar por el calvario de su visionado para comprobarlo. Cuando una película es tan, tan, tan aburrida... su sitio está en el infierno.

Recomendamos: El patio de mi cárcel

Puede parecer ésta una película al uso, quizá carente de personalidad o con una personalidad tan patria que, por común, ya se ve como inexistente. Puede parecerlo... y quizá lo sea. Sin embargo El patio de mi cárcel es una película que conmueve, que tiene fuerza que no reside en sus virtudes estrictamente cinematográficas sino en la humanidad que desprende. Los personajes del film estimulan nuestros sentimientos y no podemos evitar divertirnos y, sobre todo, sufrir con ellos. Candela Peña y Ana Wagener ofrecen interpretaciones de gran nivel, pero es Verónica Echegui en su papel protagonista quien realmente nos conquista y consigue dejar de ser la Juani para convertirse definitivamente en una de las actrices con un mejor futuro (y presente) del cine español. Una película poco original... pero con corazón.