J Blakeson debuta en la dirección de largometrajes con una cinta algo brutal pero entretenida. Con sólo tres personajes se nos cuenta la historia de un rapto que mantendrá nuestra atención con cada uno de sus giros argumentales sin traicionar por esto la inteligencia del espectador. Gemma Arterton, Eddie Marsan y Martin Compston componen un reparto sólido, de personajes ambiguos que llenan la película de matices y le dan un regusto de amoralidad. Si la película peca de algo es que se ve demasiado la mano del guionista (aunque a mí no me ha importado el guión "se nota demasiado"). Por contra, el trabajo de fotografía y montaje es más sutil, siendo también de muy buen gusto. Una película para los que se sienten atraídos por el mundo del crimen (sólo en celuloide, espero).
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