viernes, 3 de diciembre de 2010

Recomendamos: Cyrus

Marisa Tomei y Catherine Keener en una misma película es algo más que una buena idea, es un sueño. Desgraciadamente la segunda tiene un papel muy discreto (que no breve), pero Tomei nos regala una de esas interpretaciones para el recuerdo que suele lograr con frecuencia y hace de esta cinta una experiencia a disfrutar. Lo cierto es que aunque parte de un guión bastante aceptable son los actores los que lo engrandecen hasta hacer de él la gran película que es este Cyrus. John C. Reilly en el papel protagonista nos devuelve al buen actor a quien descubrimos hace unos años y quien parecía desaparecido en producciones de poco interés. Pero quien sorprende es Jonah Hill en la piel del hijo de Marisa Tomei (y ya que vuelve a salir su nombre a colación aprovecharé para insistir de nuevo en lo grande que es esta actriz y lo bien, en todos los sentidos, que está en esta película), cuyas miradas y silencios convierten a esta comedia en una cinta agobiante y tensa en algunos momentos, tal y como es su propósito. El montador también realiza un trabajo estupendo y se hace notar (para bien) en la escena de la primera cena entre la pareja. Una escena original y elegante. La película no escatima en mostrarnos situaciones incómodas para el protagonista y nos hace pasarlo mal con él y temer al que es uno de los villanos más sorprendentes que se ha podido ver este año en el cine. Hay quien puede decir que el final de la cinta es demasiado previsible... y razón no le faltaría... pero también se puede decir que, sencillamente, la película debía acabar así.

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