La última película del maestro del cine checo Jan Svankmajer es un viaje al laberinto de la mente. Se trata de una película que se mueve en esas turbulentas aguas entre la comedia y el drama (ritmo de comedia, temática dramática). El realizador centroeuropeo se atreve con una historia sobre el mundo de los sueños y el psicoanálisis en la que hay mucha más cantidad de animación que en sus últimos largometrajes (podremos presenciar una continua pelea entre Freud y Jung en la consulta del psiquiatra). Desde la primera escena de la película nuestra mente empieza a trabajar: Se presenta un Svankmajer animado explicando que la película se ha hecho en animación porque cuesta menos dinero, pero que en realidad el guión estaba escrito para hacer una película normal. ¿Sería esto cierto? Cuesta de creerlo cuando el que lo dice es uno de los grandes maestros de la animación internacional (y si me preguntan personalmente diré que el mejor de todos ellos) y a la vez un maestro del surrealismo, la ironía y el engaño. En todo caso ya se nos ha sembrado la duda. Una buena manera de empezar este itinerario por el mundo del subconsciente.
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